La teoría de la Aguja Hipodérmica fue propuesta
por Harold Laswell, en su publicación, Propaganda Techniques in the World War
("Técnicas de propaganda en la guerra mundial"), en el año de 1927. Es
una teoría acerca del efecto de los medios de comunicación masiva sobre la
opinión pública.
Está
basado en el poder de manipulación y en el cambio de conducta que tienen los
medios sobre el receptor, en cuanto a cómo pensar y como actuar dentro de la
sociedad, lo cual trae como consecuencia que el receptor pierda la capacidad de
discernir, ya que no cuenta con una opinión y un criterio propio con relación a
un determinado tema.
La
característica de una sociedad de masas, marcadas por el aislamiento y la
enajenación (alienación); y el desarrollo espectacular de los medios de
comunicación hacen que la teoría hipodérmica sea perfectamente razonable en
este contexto. Con ello la manipulación es posible.
Es posible crear un estímulo, un mensaje, tan
fuerte que se “inyecte” (de ahí el nombre de “hipodérmica”): es posible dar en
el blanco. Entre el emisor y el receptor, entre el estímulo y la respuesta, no
hay ninguna mediación que impida conseguir los objetivos, hay una relación
directa de causa-efecto, algo mecánico, un vacío. De modo que la manipulación
es posible porque frente a un poder enorme de medios de comunicación de masas
no hay ningún elemento de resistencia.