Hay una fecha en la historia de México que no se puede olvidar: el 2 de octubre de 1968; cuando miles de jóvenes alzaron la voz e hicieron temblar al gobierno de aquel entonces. Un gobierno represor comandado por un presidente autoritario.
Hay que remontarse al año de 1965, los antecedentes que germinaron esta gran protesta que tuvieron comienzo con una protesta encabezada por un contingente de médicos que exigían el cumplimiento de sus derechos.
Comenzaba a gestarse un movimiento, una señal de que el gobierno no estaba cumpliendo con su función. Tal vez nadie imaginaba lo que estaba por ocurrir; una serie de manifestaciones estudiantiles exigiendo al gobierno que actuara a favor de sus derechos. Es así como llega 1968, con una serie de contrastes, por un lado, los problemas económicos y sociales; por el otro, la organización de los Juegos Olímpicos.
Es cierto que los Juegos Olímpicos implicaban un gran ingreso de capital para el país en aquellos años, pero es más cierto que un país con educación tiene más probabilidades de generar más ingresos que si se organizase un evento deportivo de un mes.
El 2 de octubre marcó un antes y un después en cuanto a movimientos estudiantiles, se demostró que los jóvenes pueden (y sobre todo, deben) ser partícipes activos de la política. Que los temas políticos no sólo le pertenecen a unos cuantos; que los estudiantes también tienen poder.
Es por eso que el 2 de octubre no se olvida...
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