SEMIÓTICA
La semiótica se define como la
teoría de los signos, y su propósito es estudiar los conceptos básicos y generales que
atañen a la problemática sígnica.
Según esto, a la semiótica le corresponde verificar la estructura
de los signos y la validez que pueden tener en las percepciones culturales, procurando,
además, enfrentarse con explicaciones teóricas que den razones coherentes de
esos fenómenos que involucran la comunicación humana.
Primero vivimos y practicamos la comunicación, y en un segundo momento
reflexionamos sobre su sentido, su estructura y funcionamiento. Eso es la
semiótica.
La semiótica se presenta como un punto de vista sobre la
realidad, una mirada acerca del modo en que las cosas se convierten en signos y
son portadoras de significado.
División de la
semiótica en tres ramas
SEMÁNTICA
à Relación de signos con los objetos
Se estudia las relaciones
de los signos con los objetos a los que
son referidos, es decir, al significado del los signos cuando denominan
cualquier tipo de seres o cosas. Hace referencia a las relaciones concretas de
los signos con los objetos.
Hay una doble perspectiva en la práctica semántica:
Intencional: por cuanto todo signo o enunciado designan alguna
índole propia o nota de los objetos.
Extensional: señala o alude al tipo o conjunto de cosas u
objetos a los cuales se aplican las propiedades indicadas en los signos o
enunciados.
PRAGMÁTICA à Relación de signos con usuarios
Es la disciplina que analiza las formas y las estrategias
concretas que asumen las expresiones comunicativas, con el fin de descubrir las
leyes que las rigen y establecer sus características generales. Le interesa el
estudio de los diálogos conversacionales, los enunciados de los medios masivos
en sus diversos contextos, situaciones, circunstancias.
Trata de descubrir los ejes modélicos del
lenguaje y -en general- del comportamiento humano comunicacional en sus
realizaciones prácticas.
SINTÁCTICA à Relación de los signos con los signos
Relación formal de los signos entre sí. Es muy difícil imaginar
la existencia de un lenguaje en base a signos aislados, al menos en potencia
todo signo tiene relaciones con otros signos; puesto que tanto los emisores de
mensajes como los destinatarios, sólo
logran interpretar un signo, cuando lo ven puesto en combinación estructural con
otros.