La capacidad humana de percibir y apreciar
el color y sus fenómenos, lo convierten en una característica universal y común
a la gran mayoría de los seres humanos.
El color y su percepción es, por una
parte, un fenómeno visual que nace de la luz y, por otra, una sinestesia entre
el objeto y el sujeto. En él participan una variedad de factores y condiciones
que hacen posible la visualización del mundo que nos rodea.
Así como el lenguaje escrito o hablado, el
fenómeno cromático ha generado un lenguaje propio y universal través del tiempo
y de las culturas, así como una fascinación por sus alcances y efectos en el
hombre.
Sin embargo, el estudio de dicho proceso,
su fenomenología e impacto en la vida diaria del hombre, NO es muy conocido por
las grandes mayorías.
“Los psicólogos de la
percepción reconocen que la mayoría de los estímulos puros desorganizados de la
experiencia sensorial (vista, audición, olfato, gusto y tacto) son corregidos
de inmediato y de forma inconsciente, es decir, transformados en percepciones o
experiencia útil, reconocible.”
Como sensación
experimentada por los seres humanos y determinados animales, la percepción del
color es un proceso neuro-fisiológico muy complejo. Además, siendo el color una
percepción, se puede decir que este fenómeno pertenece a la psicología de la
percepción y específicamente en los seres humanos “…se trataría de descubrir el
modo en que el cerebro traduce las señales visuales estáticas recogidas por la
retina para reconstruir la ilusión de movimiento…”